¿PUEDE EL CRISTIANO DECLARAR LO QUE DESEA RECIBIR?
En la iglesia moderna de hoy se tiene la costumbre de declarar y decretar lo que desea recibir, pero la pregunta es: ¿ES ESTO BÍBLICO?
Mateo 6:9-10 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. HÁGASE TU VOLUNTAD, como en el cielo, así también en la tierra...
Los discípulos de Jesús, pensando agradar a Dios en la oración le dicen a su maestro que le enseñase orar. (Es importante aprender a agradar a Dios en la oración). Jesús le responde: cuando oren háganlo de esta forma: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino. HÁGASE TU VOLUNTAD, como en el cielo, así también en la tierra.....( versículos 6 y 9)
Aquí podemos ver como es agradable ante Dios nuestra oración; empezando con una grata alabanza a nuestro padre y creador. A Dios no le agrada que empecemos orando diciéndoles todas nuestras necesidades o nuestros deseos, sino que lo primero que debemos mostrar ante Dios es nuestro corazón agradecido, dispuesto a exaltarle a través de una genuina alabanza, pues Dios conoce todas nuestras necesidades y peticiones.
¿ENTONCES POR QUE DECLARAMOS Y DECRETAMOS?
Declarar o decretar es un acto de poco conocimiento bíblico, ya que el mismo Jesús oraba pidiendo de antemano que no se hiciera su voluntad sino la del padre. (Mateo 26:39: Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú). Lo primero es que nosotros cuando oremos debemos hacerlo como a Dios nuestro padre le agrada y NO debemos pedirle algo que estés fuera de su voluntad.
Al declarar o decretar estamos haciendo simple alarde de que nuestra fe es gigante, pero a esto no se llama fe, sino CONFESIÓN POSITIVA, la fe genuina es aquella que sabe esperar sin importar cuán difícil sea el proceso que nos encontremos. Además, declarar y decretar es creernos la vil mentira de Satanás en el principio, cuando le dijo a Eva ¨bien sabe Dios que serán como dioses¨. El único que tiene potestad de llamar las cosas que no son como si fueran es Jehová Dios de los ejércitos. Romanos 4:17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen).Dios es el único que puede declarar lo que El quiera que sea y será.
Muchos creyentes utilizan estos términos: Yo declaro, Yo decreto, Etc. para hacer ver que tienen un poder que realmente no poseen. Imagine que álguien diga: ¨Hoy yo declaro un día bendecido¨, por ejemplo, pero que en los planes de Dios es que en ese día sucederá alguna cosa, que no resulte como aquella persona declaró. Cuando Jesús levanto a Lázaro de aquella tumba, Jesús NO declaró, sino que oró al padre de esta manera: (11:41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 11:42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado). Aquí podemos ver con claridad, cuando Jesús dice: Gracias padre porque sé que me has oído, que Jesús ya había orado al Padre y buscado su voluntad. Jesús siendo el hijo de Dios nunca se atribuyó lo que correspondía al Padre, sino que se sometía siempre y hacia en todo caso lo que era la voluntad de su padre.
Lo correcto que debemos hacer, es vivir una vida en obediencia ante nuestro padre, viviendo y agradándole en todo lo que hacemos, y, luego entonces orar conforme a su voluntad y en consecuencia, lo que pedimos será hecho.
La tóxica doctrina de la confesión positiva o la ¨súper fe¨ tiene sus orígenes entre los años 1891 y 1948, con las enseñanzas de E. W. Kenyon, doctrina errática y por consiguiente anti-bíblica, que procura envenenar a los creyentes con una fe falsa que no agrada a Dios y en otra fase busca enriquecerse con fabulas, que se insertan en las mentes débiles de los creyentes con poco conocimiento de la palabra de Dios, obteniendo como resultado congregaciones muy ricas y descomunales en tamaño, llenas de miembros y seguidores pero con muy pocos cristianos.
Si usted se siente inquieto al leer este estudio y aun no le ha quedado muy claro todo esto, les invitamos a ponerse en contacto con nosotros.
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